¨Trazos de un Concierto¨ en vivo. Amistad México-Costa Rica.

Creativo

Trazos de un Concierto, es la celebración de la amistad de México y Costa Rica.

Dibujo en vivo con la música interpretada por Paulina Derbez, al violín. Embajada de la República de Costa Rica, CDMX, México. 21 de abril del 2016

Dibujo en vivo, iPad en la Embajada de Costa Rica; Luján & Derbez
Presentarme en ésta representación de Costa Rica. Significo para mi, poder rendir un homenaje a todos los maestros que me  motivaron a pintar desde joven. 
Al final del artículo dedico al lector, un poco de memorias, de aquellos artistas costarricenses que tuve el honor y la dicha de convivir.

Agradezco la iniciativa de la Embajadora de Costa Rica en México, María Eugenia Venegas Renauld. Y al personal diplomático de la embajada. Destacando también el apoyo y entusiasmo de Gabriela Castillo Garcia Torres.

De darnos la oportunidad de ofrecer al público mexicano la presentación de la obra sonoro- visual, ¨Trazos de un Concierto¨. Junto con violinista y compositora mexicana; Paulina Derbez.

Y el haberme entregado este reconocimiento, que tiene un significado especial para mi. En virtud que Costa Rica es la patria donde crecí de niño. Y recibí la influencia de artistas costarricenses y del exuberante paisaje del país. Lleno de color, vida y Paz.

El performance.

Con un repertorio de música mexicana y creaciones de Paulina Derbez. Las imágenes salieron a danzar. Se proyectaron imágenes de fotografías tomadas por mi en mis viajes a Costa Rica. Se departieron ricos bocadillos ofrecidos por la embajada. Y se obsequiaron fotografías y dibujos impresos de mi inspiración.

La obra

Un poco de memoria. Chalo padre e hijo, Paco, Flora y Margarita.

Mi abuela Flory me llevo a la casa de la hermana de su esposo, Don Jaime.

El domicilio al que nos dirigimos era, 50 varas al norte de la Mejoral.

Esta era la casa de Flora Luján, artista casada con el maestro benemérito Francisco Amiguetti.

Era entonces yo un niño y Flora Luján me acerco con Paco. Ellos fueron conmigo como eran con todos, muy cariñosos. Él me permitió usar sus gubias, bajo su atenta supervisión y motivación. Me dio un trozo de ¨pochote¨ y ahi grabe un dibujo infantil. Que él tuvo la paciencia de entintar y con una cuchara, me enseño a reproducir.

Ella, me enseño sus pinturas, en aquellas entrañables tardes. Del cafecito de mi abuela Flora. Años después en el 2003, Olga Amighetti, la hija, con cariño tuvo a bien, obsequiarme un ejemplar dedicado de la Obra Literaria de Francisco Amighetti. Donde retrata aquella Costa Rica de antes, con cuentos tan buenos como los xilografías con que están ilustrados.

Comparto con ustedes una de las piezas de Amighetti, -El Caballo, 1971- que conservo aún.

Mi abuela me dijo. Te voy a presentar a un ¨primo¨.

Tenía yo 15 años de edad cuando conocí entonces al pintor Gonzalo Morales Alvarado, ¨Chalo el padre¨. Quien me tomo de la mano, literalmente para enseñarme a pintar al óleo. Frente a su caballete de madera delgada. Sentados cada uno en una silla. Pintábamos sobre la tela, apoyando el brazo en una varita de madera para poder tener precisión en el trazo. Él me decía como pintar y luego cambiábamos de lugar y yo seguía con la pintura.

Posteriormente seguí mis estudios con su hijo; Gonzalo Morales Sáurez. Entusiasmado y recién llegado de España, con fuerte influencia del hiperrealismo. En su taller me motivo a pintar mi primer cuadro realista con rigor y técnica. Luego alternativo como era él, me motivo a pintar siguiendo mi propia estilo.

Escobetilla, 1977. Pintura al óleo por Jaime Luján.

Mi padre nacido en C.R. viajó a México con su mejor amigo a estudiar arquitectura. Él y Jorge Bertheau se casaron con las hermanas Oros.

Tuve la fortuna, de convivir con la abuela de mis primos, la artista Margarita Bertheau. Verla pintar sus acuarelas. Sus recorridos por Escazú.

En Costa Rica, tuve claro que lo mío era el arte. Me apresure a viajar a Mexico a estudiar en la Escuela Nacional de Artes Plásticas.

Paco y Flora visitaron la ciudad de México, estando en la casa de José Manuel Luján, hermano de Flora. Allá en el año de 1967.

Paco realizo un retrato a la acuarela, de mi tía Emilia Luján cuando ella era una joven adolescente. Caracterizan la obra, la frescura y expresividad de trazos simples, que reflejan a la perfección la personalidad ya inteligente y vivás, de aquella chiquilla de entonces. En una composición que incorpora el reflejo del espejo para darle espacio y profundidad.

Retrato de Emilia Luján. Acuarela. Francisco Amighetti.
En la casa de Jose Manuel Luján y Josefina Ferrer. Ubicada en la calle de Rebsamen 1119, Colonia Del Valle. MX. AÑO 1967.

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